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lunes, 19 de septiembre de 2011

Testimonio de una familia que acaba de pasar por los juzgados

Mila nos cuenta cómo han vivido el paso por los juzgados para tener que dar cuentas de su decisión de educar a su hijo en familia. Muchas gracias por llenar de esta manera nuestros corazones Mila.

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De imaginar, a ser realidad

Ya ha pasado una semana desde que tuvimos un juicio por ejercer nuestro derecho de educar a nuestro hijo como mejor creemos, sentimos y se acopla a nuestra forma de vida como familia.

Si un juicio ya de por sí es duro, más lo es cuando tienes que defender algo en lo que nadie más que quien lo hacemos sabemos realmente su significado. Esto es algo ventajoso si lo miramos desde el punto de vista de que lo defenderemos como nadie; pero realmente todo esto es una parte, porque la otra parte son la leyes, el tipo de acusación y todo eso que es lo que los abogados deben de defender por nosotros.

Una vez leí en el libro de Carlos Castaneda “ Las enseñanzas de don Juan”:
Un hombre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con
miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra
forma al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa
puede correr el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo.
Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos -estar bien
despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza- no hay
errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus
acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre
así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una
batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas.

Cuánto de cierto encuentro en esta cita para este caso.

Tal y como dice así fue.

Cuando a uno le llega la citación, lo primero que ocurre es un shock, aun sabiendo que puede venir, no crees que te haya tocado y es cuando los nervios hay que utilizarlos, para estar despierto, para reaccionar y buscar herramientas para arreglar el caos que viene: no sólo hablamos de uno mismo, el caos es para toda la familia.

Ahí es el momento de escuchar, preguntar a las personas que ya han pasado por esto, a ALE, a abogados...

Después el momento de coger lo que te sirve, desechar lo que no, y las dudas dejarlas para el final, quizás por si ya se resolverán y si no ya las resolveremos, ahora hay que actuar.

El miedo a lo desconocido, a no saber si estás haciendo todo lo posible, a lo que a tu niño le va a pasar, a pensar que todo tu equilibrio en tu hogar puede que cambie en unos días y... ese miedo al final se convierte en un aliado en el silencio, es el que sin saberlo te lleva a actuar, a buscar, a pensar, a razonar,...

El respeto por un acto así hace que le prestes mayor atención, que te superes, que des sin saber que eres capaz, de aprender de leyes, artículos, homologaciones..., cosas que por un lado algo sabes, pero que cuando estás en el punto de mira de fiscalía, miras remiras y acabas por entender.

La confianza en uno mismo, y yo añadiría de tu abogado, esto es también importantísimo. A mí me ocurrió una cosa que a dos días del juicio no me esperaba. Desde el día en que nos llegó la carta con el policía, el día 3 de agosto, la intranquilidad en el cuerpo era casi constante, había momentos en los que nos olvidábamos, ya fuera momentos con nuestros hijos, o recibiendo el apoyo de tanta gente, o en el encuentro de ALE cuando la gente nos regalaba su tiempo. Pero a dos días del juicio, de madrugada, cuando terminé de imprimir todo, ordenar todos los folios, fotos, informes (todo por triplicado), las firmas..., llegó como una calma que ni me lo creía; esas dos noches dormí mejor que hacía mucho tiempo, me levanté la mañana del juicio sonriente, y fue cuando me dije, '¿ pero tú sabes donde vas?' Y comprendí que esa calma estaba en la seguridad que tenía por haber hecho todo lo que tenía que hacer, porque detrás de mí tenía mucha gente que nos levantaba los ánimos, un buen abogado, una asociación que está trabajando (ALE), Epysteme, especialmente Azucena, HSLDA que nos han dado tanto, a Daragh que ha estado pendiente de nosotros siempre y lo que le pedíamos rápidamente nos lo resolvía, a los blog que cada una/o a dedicado un espacio para ayudarnos.... Tantas cosas para sentirme confiada, que dejé de asombrarme de mi tranquilidad.

Así llego el día 9 de septiembre y llegó la hora de entrar, después de tres horas de retraso. Allí nos encontramos en la batalla, despiertos, con miedo, con respeto y con confianza. Todo aún siendo difícil, lo superamos, no sólo ese día que se suponía que iban a tomar medidas urgentes y decirnos que juicio sería el siguiente, si no que también superamos la decisión final de la juez.

Quiero que sepáis que aún no siendo un caso cerrado, porque ninguno lo está al 100 %, es una victoria.

Poner empeño y creer que lo puedes conseguir, aun con todos los pesares, es clave.

Escuchar, tomar decisiones aun en contra de otros, sabiendo que es tu caso el que se juzga.

Aun habiendo perdido, jamás hubiéramos perdido la confianza; quizás fue nuestro abogado, que desde el principio nos transmitió eso, y nos dijo: 'si se pierde, ya nos ocuparemos, ahora vamos a ocuparnos de esto y de que podáis vivir dentro de lo que cabe con calma este proceso, por el bien de vuestros hijos'.

Así vivimos esta experiencia.

Mila.


La familia Sala González agradecemos de corazón todo el apoyo, cartas, movilizaciones en blogs... Habéis sido muy importantes en este caso, y eso muchas veces nos hacía avanzar. Gracias.
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