lunes, 14 de julio de 2025

7 errores del homeschooling con adolescentes (y cómo evitarlos)





7 errores comunes al hacer homeschooling en secundaria (y cómo evitarlos)
La educación en casa es cada vez más elegida por miles de familias hispanohablantes. En España se calcula que entre 2.000 y 4.000 familias optan cada año por educar a sus hijos desde casa.

Sin embargo, cuando llegan a la adolescencia surgen dudas naturales: ¿están preparados para aprender así? ¿Qué pasa con sus amistades y su futuro educativo?

Este artículo explora 7 errores frecuentes en el homeschooling con adolescentes y da consejos prácticos para evitarlos, con el fin de que las familias afronten esta etapa con confianza y éxito.
1. Tratar la casa como una escuela tradicional
Un error común es recrear en casa exactamente la rutina del colegio: horarios rígidos, tareas largas e intercambio de materias cada hora.

Si conviertes tu hogar en un aula típica, pierdes muchas de las ventajas del homeschooling. Como destaca la investigadora Maria Bellmunt, “muchos tienden a copiar e imitar… al crear el entorno de educación en el hogar como una escuela física, ¿qué sentido tiene la educación en casa en primer lugar?” (internationalschooling.org) 

La realidad es que para mejorar el ambiente se debe  adaptar el horario, los espacios y los recursos a nuestro día a día como familia. Por ejemplo, puedes estudiar al aire libre un día, hacer proyectos prácticos o visitar museos y bibliotecas como parte de la "clase".

Aprender de forma variada y en contexto real hace que el adolescente se mantenga motivado.

Cómo evitar recrear la escuela en casa:

  • Diseña un ambiente único: No hacen falta pupitres ni timbres; mejor usa una mesa grande y cómoda, o el suelo con cojines y espacios distintos según la actividad. 
  • Aprovecha la flexibilidad. Planifica el aprendizaje por proyectos, con salidas o actividades prácticas que aprovechen los intereses del adolescente, en lugar de un plan estrictamente por horas con un horario y asignaturas cerradas.
  • Utiliza recursos reales. Incorpora experiencias cotidianas: cocina para matemáticas, experimentos en el jardín, documentales en lugar de clases magistrales.

La educación en casa permite personalizar contenidos al ritmo e intereses de cada niño
2. No escuchar al adolescente ni adaptar los contenidos
Los adolescentes necesitan sentirse partícipes de su aprendizaje. Un error sería imponerles un plan sin preguntar, ignorar su opinión y sus intereses. Esto puede generar desmotivación.

En la educación en casa es vital el diálogo: como aconseja el blog International Schooling, “es más importante recibir comentarios periódicos, comprender sus necesidades de aprendizaje y darles espacio para el autodescubrimiento… Sería mejor hablar con los niños sobre cómo se sienten acerca de recibir educación en casa y si sus planes de lecciones funcionan para ellos”

Esto además nos ayuda a conocer y desarrollar sus pasiones lo que aumenta su motivación. Por eso conviene involucrarlos en las decisiones: que opine sobre qué temas quiere profundizar, qué método prefiere (videos, lecturas, proyectos) y qué objetivos realistas quiere alcanzar.

¡Ojo!: Esto no quiere decir que no se les enseñe nada que no les interese, si no priorizar y favorecer su motivación para mejorar su aprendizaje.

Cómo evitar que nos pase esto:

  • Pregúntale regularmente. Dedica tiempo a escuchar las inquietudes de tu hijo: ¿Le parece útil el ritmo de estudio? ¿Qué le gustaría aprender o cambiar? ¿entiende lo que estáis haciendo?
  •  Adapta a sus intereses. Por ejemplo, si le gustan la música o la tecnología, incorpora esos temas en proyectos de historia o ciencias. Deja que elija temas, cursos o talleres que le entusiasmen. 
  • Involúcralo en la planificación. Permítele sugerir actividades (documentales, películas, experimentos, salidas...) y ajusta las expectativas según su madurez. Cada joven es diferente, y personalizar la enseñanza a su ritmo refuerza su autonomía
3. Exigir un esfuerzo académico muy escaso (o excesivo)
Otro error habitual es caer en los extremos: saturar de tareas al adolescente o, por el contrario, dejarlo sin rutina alguna.

Sobreprogramar cada hora puede provocar estrés y rechazo, mientras que no establecer metas claras puede llevar al abandono de los estudios.

En la web Mental Health America, tienen un artículo interesante sobre como reducir el estrés en la educación en familia y apuntan: “la educación en casa puede ser impredecible… da lo mejor de ti si desarrollas una rutina simple y no ejerces demasiada presión sobre ti y tus hijos... No hay que esperar que un adolescente estudie ocho horas seguidas al día.

Es más eficaz fijar objetivos pequeños y flexibles, permitiendo descanso y actividades recreativas.

Cómo evitarlo caer en el exceso o la escasez:

  •  Planifica de forma equilibrada. Establece un horario orientativo (p. ej. 3–4 horas de estudio con descansos) que combine materias exigentes con actividades prácticas o creativas. 
  • Metas realistas. No intentes cubrir demasiado contenido de golpe.  Acepta que tus hijos quizás no sean tan productivos como te gustaría 😅 
  • Fomenta el descanso. Intercala ejercicio, tiempo libre y descanso; un adolescente descansado aprende mejor. Si notas cansancio o frustración, cambia de tema o simplemente para: a veces un paseo o un juego rompe con el agotamiento
  • Revisa el ritmo cada semana (hasta encontrar el ritmo familiar) Ajusta según cómo responda: cada día puede ser distinto, la clave es mantener la calma y no estresarse, tener un objetivo claro ayuda mucho para no perder el norte, aunque se avance despacio.
4. Comparar al adolescente con otros jóvenes
Es fácil caer en la trampa de “presionar” para que tu hijo rinda como otros compañeros (ya sean homeschoolers o alumnos de colegio).

Comparar sus resultados con los de otros siempre es contraproducente, en este caso no importa la edad (¡ni siquiera nosotras como madres debemos compararnos!)

Cada niño aprende a su propio ritmo, y forzarlo a “ir al ritmo de la clase” puede minar su confianza. No debemos caer en la trampa de que al llevar una educación personalizada va a avanzar más rápido. Esta regla no se cumple.

 Además, las metas de otras familias (por ejemplo, querer presentarse exámenes estandarizados a cierta edad) pueden no encajar con nuestra situación personal. En lugar de ello, enfócate en su progreso personal.

Cómo evitar caer en la trampa de la comparación:

  • Enfócate en sus logros. Reconoce sus avances individuales, por pequeños que sean. Cada vez que aprende algo nuevo, celebra ese logro. 
  • Deja de lado las "carreras". Evita comentar notas o rangos de edad (“¿X ya aprendió esto?”). Esto puede generar estrés. Recuerda que la educación en casa no es competitiva: lo importante es la comprensión, no ser el primero. 
  • Ajusta tus expectativas. Reflexiona si tus estándares están basados en otros modelos educativos o presiones externas. Si en toda la vida no habéis tocado un tema (la música clásica, por ejemplo) no esperes que en una semana se vaya a poner al día por muy bien presentado que tengas el proyecto en tu cabeza, cada aprendizaje lleva su tiempo. 
5. Descuidar la socialización y las habilidades emocionales
Este suele ser el principal motivo por el que muchos adolescentes avandonan el homeschooling y entran al instituo. Y aunque parezca una paradoja, también es el motivo por el que muchos padres deciden sacar a sus hijos del colegio, en torno a los 12 años, frente a lo que les espera en el instituto.

Un gran miedo de los padres homeschooler con adolescentes en casa es   ¿se quedará aislado?

En realidad, la educación en casa no aísla necesariamente. De hecho, diversos estudios han encontrado que los niños homeschoolers tienen un nivel de socialización igual o incluso superior al de los escolarizados (leer estudio Maria Bellmunt).

Las familias entrevistadas en España relatan un ritmo social muy activo: paseos semanales con otros alumnos de educación en casa, cursos de robótica con amigos, deportes y cursos extracurriculares.

Estos encuentros refuerzan el aprendizaje colaborativo y las habilidades sociales. No obstante, especialistas advierten que es importante exponer al adolescente a grupos de pares más amplios para entrenar habilidades como resolver conflictos o aceptar críticas, que en la escuela surgen de forma natural y no tanto en el homeschooling donde muchas veces los adultos están presentes y paran estos conflictos antes de que surjan (para bien y para mal).

 Cómo evitarlo la falta de socialización:

  • Organiza actividades grupales. Inscríbelo en clubes, deportes o grupos de homeschoolers donde conviva con otros jóvenes. Los “grupos de juego” (también existen para adolescentes, aunque no tantos como nos gustaría) ayudan a socializar fuera del aula tradicional. 
  • No sustituyas a sus iguales. Aunque los niños aprenden mucho con adultos, es vital que el adolescente trate y debata con otros adolescentes. Planifiquen salidas o talleres mixtos (tecnología, arte, voluntariado) que involucren a otros jóvenes. 
  • Desarrolla habilidades sociales específicas. Anímalo a debatir ideas, expresar opiniones y resolver desacuerdos en un ambiente respetuoso. Como señala el psicólogo Abel Domínguez, la educación en casa debe cuidar “desarrollar habilidades sociales como saber decir ‘no’, defender sus derechos; hacer y recibir un halago o una crítica” elpais.com 
Fomentar la empatía y la comunicación asertiva será clave en esta etapa.
6. No planificar la posible transición a la educación reglada en el futuro
Una de las mayores incertidumbres del homeschooling es qué sucede cuando el adolescente llega a la educación media o superior. En España, la ley establece la escolarización obligatoria entre 6 y 16 años, por lo que hay que conocer las opciones (por ejemplo, Centros Integrados de Enseñanzas a Distancia, homologación de estudios, etc.). Ignorar estos aspectos puede causar problemas a futuro.

Es esencial informarse de la legalidad vigente y de los caminos académicos disponibles. Como aconseja la madre entrevistada Violeta Cuesta: “es fundamental estar bien informados en cuanto a la legalidad y en cuanto a las opciones para atender estas necesidades formativas”.
Esto incluye hablar con orientadores, grupos de homeschooling o asociaciones que ayuden a validar los estudios.

Cómo evitar problemas ante una vuelta al sistema:

  • Consulta la normativa. Investiga los requisitos legales para educar en casa en tu región. Aunque España no tiene regulación clara, documentarte te evitará sorpresas (por ejemplo, en trámites de convalidación). Investiga alternativas oficiales. Averigua si tu hijo puede inscribirse en programas de enseñanza a distancia (CIDEAD) o exámenes libres que certifiquen nivel educativo si prefieres esa opción.
  • Planifica con antelación cómo continuará después de los 16 años (bachillerato, FP, estudios internacionales, etc.). Una vez más recuerdo la importancia de los objetivos para no perder el norte (sería como salir de viaje sin salir a dónde vas, por muchos kilómetros que andes no llegarás nunca).
  • Sé flexible y corrige sobre la marcha. Si algo falla (por ejemplo, un método que no prepara para exámenes futuros), cambia de estrategia. Lo importante es ir adaptando la enseñanza día a día sin perder de vista lo que queremos para nuestros hijos.
Ten un plan B y dialoga con tu hijo sobre sus metas académicas o profesionales.
7. Cargar excesivamente la responsabilidad en los padres
Finalmente, muchos padres cometen el error de querer hacerlo todo “perfectamente” solos y sin pedir ayuda. Esto conduce al agotamiento y puede restar calidad a la enseñanza  y a la convivencia en casa.

Sobrecargarse con todas las tareas educativas y domésticas es contraproducente. No pasa nada por pedir ayuda, no eres menos homeschooler si tu hijo va a clases online o utiliza aplicaciones e Internet para aprender ciertos temas. Además, es importante formar una red de apoyo.

No tienes que ser perfecta ni hacerlo todo sola: delegar tareas te permite dedicar más tiempo de calidad a tu hijo y descansar tú también.

Cómo evitar llevar toda la responsabilidad a tus espaldas:

  • Únete a grupos. Participa en foros o grupos locales de homeschooling donde puedas compartir experiencias y materiales. Aprender de otros padres te da ideas y reduce el trabajo (y el estrés). 
  • Utiliza recursos externos. Existen muchas plataformas en línea, cursos y apps que cubren materias complejas (ciencias, idiomas, matemáticas). Si un tema te resulta difícil, no dudes en contratar un profesor que te ayude o inscribir a tu hijo en clases puntuales. 
  • Comparte responsabilidades. Si hay dos padres lo mejor es dividir las materias según nuestras fortalezas. Alternar las sesiones, las salidas... (esto también para las tareas de la casa, ¡e involucrar a los adolescentes en todo esto!)
  •  Cuida de ti misma. Descansa, no se trata de ir a un spa pero reserva tiempo para tu ocio, para un hobby (que no sea buscar en pinterest más recursos 🤣) y cuida tu salud mental. 
Pedir ayuda no es un fracaso, sino la mejor forma de garantizar que toda la familia disfrute del proceso de aprendizaje.
La última reflexión por hoy
El homeschooling con adolescentes presenta retos específicos, pero ninguno es insuperable. Con comunicación, planificación y apoyo, muchas familias encuentran esta etapa muy satisfactoria (para mí la más bonita y enriquecedora). Cada familia y cada joven son distintos, pero con confianza, flexibilidad y las estrategias adecuadas es posible sacar el máximo provecho de la educación en casa en la adolescencia.


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💛 Un mensaje final para ti,
Si tienes un adolescente en casa y has decidido seguir o comenzar el camino del homeschooling, no estás sola. Tal vez sientas dudas, presión social o incluso miedo al futuro. Pero detente un momento y mira con otros ojos: no es un reto que debas superar, sino una oportunidad que puedes abrazar.

 La adolescencia es una etapa poderosa: de preguntas, de pasiones, de descubrimiento. Acompañar a tu hijo en casa durante estos años significa ofrecerle tiempo para conocerse, libertad para pensar por sí mismo y raíces fuertes para crecer con confianza. Es una oportunidad para construir una relación profunda, para aprender juntos y para mostrarle que el mundo también puede enseñarse desde la calma, el respeto y la autenticidad.

 No necesitas tener todas las respuestas. Solo estar presente, aprender a su lado y confiar en el proceso. Porque no se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo con amor, con sentido y con paciencia.

 Educar en casa a un adolescente es una elección valiente… y toda una aventura. 💛

lunes, 16 de junio de 2025

¿Cómo evaluamos cuando educamos en casa?



¿Cómo medir el progreso sin exámenes? Ideas prácticas para fammilias homeschoolers
El curso termina y llega ese momento en que muchas familias homeschoolers nos preguntamos: ¿Hemos avanzado? ¿Está aprendiendo de verdad? ¿Cómo puedo saberlo si no hacemos exámenes?

Es una duda muy común y totalmente válida, sobre todo cuando educamos desde el respeto a los ritmos de nuestros hijos. Porque sí, elegimos el homeschooling precisamente para salir de las prisas del sistema tradicional, para dejar de lado la presión de los resultados inmediatos, pero también es cierto que necesitamos tener la certeza de que nuestros hijos están aprendiendo. Y no solo por tranquilidad, sino porque nos hemos marcado objetivos que no queremos perder de vista.

El problema es que muchas veces confundimos evaluar con examinar, y no es lo mismo. Evaluar es observar, reflexionar, ajustar, acompañar. Examinar es solo una herramienta, no la única ni necesariamente la mejor, sobre todo en casa. Hoy te quiero compartir algunas formas de medir el progreso sin exámenes, para que puedas cerrar el curso con una mirada más amplia y realista, sin estrés, sin comparaciones y con la satisfacción de haber acompañado el aprendizaje con sentido.
1. Juegos para repasar de forma divertida
Ya sabes que soy muy partidaria del juego, y más cuando hablamos de repasar contenidos. En estas edades (10 a 12 años) los niños ya pueden disfrutar mucho con dinámicas como:

  •  Trivial casero: puedes crear tarjetas con preguntas de historia, lengua, ciencias o lo que hayáis trabajado este trimestre.
  •  Kahoot: es muy fácil de usar y permite hacer repasos online de forma visual y dinámica.
  •  Escape rooms educativos: hay muchas versiones imprimibles o digitales que permiten trabajar contenidos de forma cooperativa.
  •  Juegos de mesa adaptados: por ejemplo, el clásico Quién es quién convertido en personajes históricos, o Tabú con términos de vocabulario.
    •  💡 Consejo: Puedes implicar a tus hijos en la creación del juego. Preparar las preguntas o diseñar el tablero es una forma de repasar también.
2. Proyectos finales o mini presentaciones
Una forma preciosa de ver cuánto han aprendido es invitarles a preparar un pequeño proyecto de cierre, algo que resuma lo trabajado en las últimas semanas. Algunas ideas:

  • Una línea del tiempo ilustrada de lo aprendido en historia. 
  • Una presentación digital (tipo Canva o PowerPoint) sobre un tema que les haya entusiasmado. 
  • Una exposición oral en casa, como si fueran profesores explicando a otros lo que saben.
  • Una galería de arte o portafolio de lo que han hecho durante el trimestre. 
 Además de mostrar lo que han aprendido, estos proyectos desarrollan competencias clave: planificación, expresión, creatividad y responsabilidad.
3. Portafolio o cuaderno de aprendizaje
Si no lo has hecho durante el curso, este puede ser un buen momento para recopilar y ordenar trabajos, fotos, dibujos, escritos, esquemas, experimentos… todo lo que han ido produciendo.

Puedes hacerlo en papel o digital.

El simple hecho de sentarte con tu hijo a revisar lo que ha hecho es ya una forma de evaluar. Ayuda a tomar conciencia del proceso, ver errores, valorar avances y también poner palabras a lo aprendido.

4. Autoevaluación con mirada amable
A los 10-12 años, los niños ya pueden participar en una conversación sobre lo que han aprendido.

Puedes preparar una pequeña guía de autoevaluación, muy sencilla, con preguntas como:
  • ¿Qué es lo que más me ha gustado aprender?
  • ¿Con qué me he sentido más cómodo/a? ¿Qué me ha costado más? 
  • ¿De qué me siento orgulloso/a este trimestre? 
  • ¿Qué me gustaría seguir aprendiendo el próximo curso?
Este tipo de reflexión fortalece la autonomía, la capacidad de análisis y la autoestima. Recuerda: no se trata de que “reconozcan sus fallos”, sino de aprender a observarse sin juicio.

5. Observación y diálogo: tú también sabes mucho
Como madre homeschooler, eres quien mejor conoce a tu hijo. No subestimes el valor de tu observación diaria. Has visto cómo resuelve problemas, cómo se enfrenta a nuevos retos, qué estrategias usa, qué temas le apasionan. Todo eso es información valiosa.

Puedes anotar tus observaciones en un diario pedagógico, o simplemente tomarte un rato tranquila con una libreta y escribir:
  • ¿Qué avances he visto este trimestre? 
  • ¿Qué nuevos intereses han surgido? 
  • ¿Dónde necesita más acompañamiento? 
  • ¿Qué cosas le motivan de verdad? 
Esto también es evaluar, y mucho más profundamente que un examen.

6. Evaluaciones tipo "diálogo socrático"
Una idea inspirada en la filosofía clásica y adaptada al mundo actual: tener una conversación profunda con tu hijo sobre lo que ha aprendido, como si estuvieras tomando un café con él. Sin fichas ni correcciones. Solo preguntas abiertas, curiosas, que invitan a pensar y recordar:
  • ¿Qué fue lo que más te sorprendió cuando estudiamos...?
  • ¿Cómo lo explicarías con tus propias palabras?
  • ¿Te acuerdas cuando hicimos ese experimento? ¿Por qué crees que salió así? 
  • Si tuvieras que contarle esto a un niño más pequeño, ¿cómo lo harías? 
 Este tipo de diálogos son oro. Te ayudan a ver no solo lo que sabe, sino cómo lo ha integrado.

7. Retos y misiones por asignaturas
Otra forma muy motivadora de repasar y evaluar es proponer pequeños retos al final de curso:
  • En matemáticas: resolver un problema real (preparar un presupuesto, calcular proporciones en una receta, organizar un viaje). 
  • En lengua: escribir una carta, un cuento, un diario. 
  • En ciencias: diseñar un experimento o una maqueta. 
  • En historia: hacer una entrevista imaginaria a un personaje histórico. 
 Presentar estos retos como “misiones” da un toque de juego y aventura que suele funcionar muy bien.

¿Y si no lo hemos hecho todo?
Es normal. En homeschool el calendario no es una carrera de obstáculos. Si ves que algunos contenidos no se han trabajado tanto como querías, puedes:
  • Planificar retomarlos en verano, con otro enfoque.
  • Integrarlos de forma transversal en otros proyectos. 
  • O simplemente dejar que maduren, y retomarlos más adelante. 
 El aprendizaje no termina en junio ni empieza en septiembre.

Cierre del curso: celebrar los avances
Más allá de medir, también es importante celebrar. Cerrar el curso con una pequeña ceremonia familiar, hacer un diploma, una merienda especial o un mural de logros puede ser muy significativo para todos. Porque sí, hemos trabajado mucho. Aunque no haya exámenes, aunque no haya boletines de notas, el aprendizaje ha estado ahí cada día. Y eso también se merece un reconocimiento.

 En resumen: Medir el progreso sin exámenes es posible, útil y, muchas veces, más profundo. Requiere cambiar la mirada, confiar en el proceso y estar dispuestas a observar, escuchar y acompañar con amor y claridad.

Porque cuando una madre se siente segura, los niños aprenden con más libertad. Y si nos damos cuenta de lo que sí ha funcionado, podemos ajustar lo que no… sin dramas ni crisis. 🌱

¿Y tú? ¿Cómo mides el progreso de tus hijos sin exámenes? Cuéntamelo en comentarios o compártelo con otras familias homeschoolers que lo necesiten.

miércoles, 11 de junio de 2025

EMPEZAR HOMESCHOOLING

¿Te ronda la idea de educar en casa pero no sabes por dónde empezar?
Si estás aquí, probablemente llevas un tiempo dándole vueltas al homeschooling, sintiendo curiosidad (y quizá también un poco de vértigo). Es normal. Cambiar la forma en la que tus hijos aprenden no es una decisión pequeña. Pero no estás sola: cada vez más familias en España se plantean educar fuera del sistema escolar tradicional. Desde Homeschooling Spain queremos acompañarte desde el principio. Por eso, en este artículo vas a encontrar una guía clara y honesta para ayudarte a decidir si el homeschooling es para ti, cómo empezar con buen pie y qué pasos puedes dar desde hoy mismo.
Pero...¿Qué es el homeschooling?
Homeschooling es un término que engloba muchas formas de aprendizaje en casa. No se trata de replicar la escuela en el salón de tu casa, sino de adaptar la educación a tu familia, tus valores, tus circunstancias y el ritmo de tus hijos. Educar en casa significa asumir la responsabilidad directa de la educación de tus hijos, y para muchas familias, eso también significa libertad, personalización, vínculo y respeto por los procesos individuales.
y, ¿es para mí el homeschooling?
Esta es la gran pregunta que se hacen todas las familias al principio. Y es la misma que da título a mi libro: ¿Es para mí el homeschooling?. 💬 En él cuento nuestra experiencia familiar: cómo empezamos, los miedos que tuvimos (sí, los tuvimos), las dudas legales, la reacción del entorno, y sobre todo, las grandes alegrías que nos ha traído este camino. Algunas señales que indican que el homeschooling puede encajar contigo:

  •  Sientes que el sistema educativo tradicional no responde a las necesidades de tu hijo. 
  •  Quieres respetar los ritmos de aprendizaje y fomentar la curiosidad natural.
  •  Deseas pasar más tiempo con tus hijos, acompañarlos más de cerca en su crecimiento. 
  •  Buscas una forma de educar más coherente con tus valores.




¿Por dónde empiezo si quiero educar en casa?
Aquí tienes algunos pasos prácticos que te ayudarán a dar los primeros pasos con claridad:

  1.  Infórmate bien antes de tomar decisiones: Leer, escuchar, hablar con otras familias homeschoolers. La información es tu mejor aliada. Te recomiendo explorar libros, podcasts y blogs (como este). Aquí en Homeschooling Spain encontrarás recursos y acompañamiento real. 

  2. Define tu “por qué” Cada familia homeschooler tiene un motivo diferente. Tener claro el tuyo te ayudará a sostener la decisión en los días difíciles (porque sí, los habrá). Hazte estas preguntas: ¿Qué valores quiero que estén presentes en la educación de mis hijos? ¿Qué tipo de infancia deseo para ellos? ¿Qué me motiva a dar este paso? 

  3. Explora las distintas metodologías: Montessori, Charlotte Mason, Waldorf, Unschooling, Aprendizaje basado en proyectos, por competencias, educación clásica… No tienes que casarte con ninguna, pero es útil conocerlas para encontrar tu propio estilo familiar. Mi enfoque está muy influido por Charlotte Mason, Montessori y el respeto por los ritmos reales del niño. Si quieres, podemos trabajar esto en profundidad en una asesoría personalizada. 

  4. Organiza tu día a día: Una de las grandes preguntas es: ¿cómo estructuro las jornadas? Aquí no hay una fórmula mágica, pero sí muchos consejos útiles: Establece una rutina flexible (no un horario rígido). Dedica tiempo al juego libre, la lectura, las salidas al aire libre. Introduce aprendizajes significativos conectados con la vida real.

    📚 Consejo: No empieces imitando la escuela. Observa, adapta, respeta. 

  5. Busca tribu: No estás sola. Existen grupos de apoyo, encuentros, espacios virtuales donde compartir dudas y aprendizajes. En Homeschooling Spain estamos creando una comunidad para acompañarnos en este camino.
¿Y la legalidad?
En España, el homeschooling no está regulado de forma específica, pero muchas familias educamos en casa desde el respeto a los derechos fundamentales. En mis asesorías te explico qué debes saber, cómo actuar frente a inspecciones o requerimientos y qué documentación te conviene tener preparada.

Aquí Meninheira te cuenta más cosas sobre la legalidad:





En esta entrevista a Laura Mascaró, abogada y madre homeschooler, también se hablo bastante de legalidad. Puedes leerla aquí
¿Cómo puedo ayudarte desde Homeschooling Spain?

Si estás empezando, te acompaño paso a paso para que inicies este camino con tranquilidad.
Saber más

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💛 Un mensaje final si estás empezando
Este camino puede parecer enorme al principio, pero se vuelve hermoso cuando encuentras tu ritmo. Nadie nace sabiendo ser homeschooler. Todas aprendemos. Y lo hacemos mejor cuando estamos acompañadas. Si sientes que este es tu camino, escucha esa voz. Yo estoy aquí para ayudarte a recorrerlo.